Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz que evite o disminuya las causas de cualquier accidente laboral o enfermedad profesional. Sin embargo, igual que los trabajadores tienen derecho a que las empresas velen por su seguridad mediante la puesta en marcha de determinadas medidas preventivas, ellos tienen la obligación de cumplirlas para salvaguardar su salud y su seguridad. A continuación, vamos a detallar cómo abordar la prevención de riesgos laborales en hostelería.

Prevención de riesgos laborales en hostelería: algunas medidas

Los accidentes de trabajo se producen cuando un trabajador sufre lesiones corporales con ocasión o como consecuencia del trabajo que realiza por cuenta ajena, siempre que no se deban a la imprudencia del trabajador o a una fuerza mayor extraña al trabajo. Esta definición también engloba las lesiones que el trabajador pueda sufrir al ir o volver del trabajo (accidente in itinere). En el caso de los profesionales de la hostelería, estas son algunas de las eventualidades a las que se pueden enfrentar en su puesto de trabajo:

-Caídas. Uno de los objetivos de la prevención de riesgos laborales en hostelería es evitar las caídas de personas, bien sea al mismo nivel o a distinto nivel. Para ello, el personal de hostelería deberá llevar calzado con suela antideslizante, mantener las zonas de paso iluminadas y señalizar obstáculos que no se puedan retirar.

Riesgos derivados del uso de instrumentos y máquinas. En este punto nos estamos refiriendo a cortes con objetos como cuchillos o latas y a proyecciones de líquidos como el aceite. La prevención de riesgos laborales en hostelería contempla emplear los Equipos de Protección Individual (EPI) que se precisen (gafas, guantes…), comprar máquinas seguras con el marcado CE (Conformidad Europea) y guardar los instrumentos cortantes en sus fundas, entre otras medidas.

-Quemaduras. Para no sufrir quemaduras es preciso hacer uso de los EPI correspondientes (manoplas, guantes…), trabajar en espacios amplios y no llenar los recipientes hasta arriba.

-Descargas eléctricas. Para combatir el riesgo eléctrico es importante no utilizar aparatos eléctricos con las manos mojadas y revisar los aparatos de manera periódica.

-Caída de objetos en manipulación. Para impedir que esto se produzca no se deben llenar las estanterías por encima de su capacidad ni permitir que los trabajadores se sitúen debajo de cargas suspendidas.

-Riesgos ergonómicos. La prevención de riesgos laborales en hostelería no puede obviar los riesgos ergonómicos, puesto que estos dan como resultado un buen número de bajas médicas. Entre ellos está la incomodidad térmica debido a los aires acondicionados o a las salas con poca ventilación, los movimientos repetitivos y el sobreesfuerzo por la manipulación de cargas. Para combatirlos, los trabajadores deberán vestir prendas adecuadas para las temperaturas del centro de trabajo, realizar controles periódicos de salud y respetar las cargas máximas según el sexo y la edad del trabajador.

-Riesgos higiénicos. La hostelería entraña riesgos higiénicos como entrar en contacto con sustancias biológicas en la manipulación de carnes crudas o en la limpieza de los aseos, y con sustancias químicas en las desinfección de instalaciones. Por estos motivos, la prevención de riesgos laborales en hostelería incluye medidas como la ventilación adecuada del local o cubrir las heridas con vendajes impermeables.

-Riesgos psicosociales. Para la prevención de riesgos laborales en hostelería de carácter psicosocial se pueden llevar a cabo determinaciones como reforzar los turnos con mayor afluencia de público, no prolongar en exceso la jornada de trabajo o la correcta distribución de las vacaciones.

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