El término compliance se ha popularizado en los últimos años en el mundo empresarial, y es que con la Ley Orgánica 5/2010 de la Reforma del Código Penal se estableció la responsabilidad penal de las personas jurídicas en nuestro país. ¿Qué es el compliance entonces? Este término englobaría todos los procedimientos y buenas prácticas que la empresa pone en marcha para identificar los posibles riesgos legales y operativos a los que se enfrenta y así poder evitarlos o, llegado el caso, reaccionar frente a ellos.
Además de la normativa que hemos citado en el párrafo anterior, el texto definitivo de la ley entró en vigor el 1 de julio de 2015 y la nueva circular 1/2016 incrementó el interés por el compliance. Si lo explicáramos con un lenguaje coloquial que permitiera comprender qué es el compliance a todos aquellos profesionales que no son juristas, diríamos que consiste en establecer protocolos para tratar de impedir que en las empresas se cometan delitos o malas prácticas de cualquier tipo. En realidad es interesante matizar que el compliance no solo pretende atajar delitos, sino que es un código de conducta y de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que puede englobar también medidas de protección ambiental, de inclusión de la mujer en las empresas y de diversidad.
Se estima que el 78% de las empresas que cuentan con más de 5.000 empleados tienen implantada esta función de compliance, mientras que en empresas de menor tamaño el porcentaje desciende al 38%. En las grandes corporaciones incluso existe un equipo especializado en compliance liderado por el compliance officer. Pero, ¿por qué preocupa tanto a los empresarios el compliance? Pues porque el empresario es el responsable de cualquier delito que cometa la empresa, aunque no haya sido él quien lo cometiera. Tal y como apunta Cinco Días, el elemento más motivador para el cumplimiento del compliance es que constituye un instrumento de exención de la responsabilidad penal si se respetan los requisitos legalmente establecidos.
La sociedad reclama un mayor grado de transparencia a las empresas y está cada vez más concienciada con situaciones de mobbing y de acoso, algo que se da bastante en el sector textil. El compliance también es útil y eficaz para estos casos. La empresa, según la actividad que desarrolle, debe elaborar un mapa de riesgos (penales o no), fijar un programa de prevención y gestión de los mismos y organizar canales internos de denuncia. Por todo esto, empleados y directivos tienen que conocer qué es el compliance y cómo lo aplica su empresa.
Otro dato fundamental que deben manejar los empresarios es que los programas de compliance tienen que constar por escrito y han de estar adaptados a la naturaleza de la empresa. Como comentábamos, la función de compliance velará para que las actividades que lleve a cabo la empresa se enmarquen dentro de la legalidad vigente y para que la empresa actúe con integridad. Por último, recordamos que en DOSPUNTOCERO ofrecemos este servicio, elaboramos el manual que tu empresa necesita y brindamos un servicio de consultoría con nuestro equipo de abogados.